El membrillo es el fruto del membrillero, el cual es nativo de Asia Menor y está emparentado con el manzano y la pera. Es una fruta que se ha empleado desde hace siglos, la civilización griega y romana lo usaban para preparar un licor y también lo comían con miel, posteriormente lo llevaron a España.
Esta fruta tiene piel fina, su textura es rugosa y aterciopelada y su sabor es ácido, comerlo en forma de dulce resulta estupendo, es preparado para comer con galletas o tortas, por ejemplo en
Argentina y Uruguay forma parte del relleno y la cobertura de los bizcochos, es un postre especialmente para el final de verano y el inicio de otoño.
Cabe destacar, que el dulce del membrillo es muy fácil de preparar, se trata de cocer su pulpa al vapor hasta que esté tierno, luego se pica en trozos y se procesa hasta formar una pasta. Luego, esta se cocina con igual cantidad de azúcar refinada durante 40 a 50 minutos, finalmente se pone en un molde para que se enfríe formando una barra semisólida.
Ahora bien, esta fruta aporta importantes beneficios, por ejemplo, cómo es rico en fibra favorece el aparato digestivo, se recomienda para quienes sufren de estreñimiento, acidez, gastritis y úlceras.
También, tiene vitaminas A, B y C, potasio, magnesio, cobre y selenio, reduce el colesterol, protege la piel, combate los resfriados y protege la piel. Además, evita la formación de piedras en la vesícula biliar, funciona como un escudo contra el cáncer de colon y promueve la buena función cerebral.
Como si fuera poco, tiene propiedades astringentes y desinfectantes, acelera la cicatrización, ayuda a eliminar toxinas así como el ácido úrico y es una gran fuente de energía fácil de digerir, la cual resulta perfecta para personas enfermas, convalecientes o con mucho estrés y los niños.
